El Miedo Imaginario

El miedo es una sensación de angustia muy útil porque ayuda a evitar peligros reales. 

El problema surge cuando los peligros no son reales, volviéndose imaginarios y creando situaciones incómodas. 

Motivos reales o imaginarios para temer hay innumerables, todos en detrimento de la libertad. Miedos, dudas o temores que atraen pensamientos negativos que se realimentan y paralizan lo que encuentran a su paso.

Pero el 90% de lo que nos preocupa no va a suceder jamás, la mayoría de los miedos son solo imaginarios, nuestra mente no distingue entre lo que es real y lo que no porque se activa el mismo mecanismo de defensa para lo que es real que para lo que es imaginario. 

Llegará el momento que habrá que tomar el control de la situación y poner límite.

 

Una situación que conocen bien los "mercaderes del caos", esos que hacen que el entorno parezca más amenazante o más peligroso en su propio beneficio

y que supone "gloria bendita" para sus propios intereses.

 

El miedo imaginario es capaz de multiplicarse entre la población y campar a sus anchas haciendo más vulnerable a la gente, eso buscan muchos que se aprovechan sacando partido, les interesa propagarlo hasta límites insoportables. 

Propagar el miedo imaginario se utiliza como un método muy poderoso en el ámbito político por ejemplo, ya que permite legislar de determinada manera y someter la libertad. 

El miedo y sus usos políticos pueden servir para entender muchas cosas que suceden en el mundo. 

También los medios de comunicación necesitan generar incertidumbre y manipular la información para vender más exagerando o deformando la realidad. O trabajando para que el entorno parezca más inquietante ofreciendo una amplia selección de desastres y desgracias para ganar audiencia.

O diferentes industrias que hacen su Agosto, venden pólizas de seguros o sistemas de alarma e inciden en el miedo para que la gente esté pagando una cuota mensual para siempre.  

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Dudas y temores habrá siempre eso es algo natural, pero se corre el riesgo de que se apoderen de uno y puedan convertirse en una barrera infranqueable que detenga y que aboque al fracaso. 

Es como una inseguridad sin fundamento por algo que ni ha pasado ni tiene por qué pasar pero que viene a la mente.

A la hora de hacer negocios puede surgir el miedo al fracaso una sensación que forma parte del reto cuyo antídoto puede ser la confianza y el realismo situando por delante a la inteligencia.

Afrontando las consecuencias de las decisiones con optimismo ya sea si se cumplen las expectativas en mayor o menor medida sin permitirse el lujo de parar siguiendo adelante superando obstáculos, sobre todo los miedos.

"La mayor discapacidad es el miedo" Nick Vujicic