Quedarse en La zona de confort es un concepto bastante gráfico que se define por sí solo, es como acomodarse y renunciar temporal o indefinidamente a tomar iniciativas.
Pero es un concepto adulterado, quedarse en la zona de confort no supone ni mucho menos el reposo del guerrero, es una zona donde esconderse y desde donde se mira al mundo exterior como resguardándose de sus peligros.
Unos peligros que son imaginarios que limitan y paralizan, fomentan temores y dudas, miradas al pasado etc. son emociones desagradables y contraproducentes para conseguir nuevos objetivos.
Así como es aconsejable hacer pausas o tomarse vacaciones no lo es estancarse o sabotearse.
Cuanto más tiempo se permanece en la zona de confort de menos libertad se goza porque más cuesta salir de ella y más posibilidades hay de volverse timorato y conformista eso complica más la situación.
Muchos factores pueden dar lugar a la permanencia en esa zona inamovible o estática donde una sensación falsa de seguridad se justifica por todos los medios.
Se buscan excusas a medida, y si no se encuentran a la primera se siguen buscando ya que el objetivo subconsciente es permanecer en ella.
William Levitt fue en los años 50 del siglo pasado el rey de la construcción en Estados Unidos, uno de los hombres más ricos y exitosos de aquellos tiempos que decidió vender su empresa y retirarse joven.
Años después quiso comenzar de nuevo retomando su actividad pero fracasó estrepitosamente declarándose en bancarrota al poco tiempo.
Al hilo de una pregunta durante una entrevista contestó:
"Perdí mi momento estuve fuera del mundo durante demasiado tiempo, volví y ya no era el mismo."
A veces nos paramos tanto tiempo a contemplar una puerta que se cierra que vemos demasiado tarde otra que se abre.
Hola Javier, me encanta leerte de nuevo con tus reflexiones que siempre me dejan pensando en positivo y que aportan un punto de visto muy necesario.
ResponderEliminarY es que en el tema de hoy, nos damos cuenta que la zona de confort no es más que un escondite con fecha de caducidad si queremos disfrutar de la plenitud de la vida.
Te mando un gran abrazo y encantado de volver a leerte.
Hola Miguel: Me encanta que me leas y te lo agradezco. Sí, ese escondite es donde dar pie a las emociones negativas y donde calentarse la cabeza. Nadie ha muerto jamás de incomodidad, y sin embargo vivir en nombre del confort ha matado más ideas, oportunidades, acciones y crecimiento que todo lo demás junto. Un abrazo.
EliminarHola Javier: Si permanecemos demasiado tiempo en esa zona que parece tan agradable a priori, las personas inquietas corremos el riesgo de no encontrarle a nuestra vida ni substancia ni consistencia y entrar en crisis. Un saludo
ResponderEliminarHola María: Interesante observación, a veces caemos en trampas que nos prepara la mente como es el espejismo de bienestar en el que creemos vivir. Un saludo.
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